El viernes pasado tuve la gran suerte de poder asistir a la charla-conferencia sobre el proyecto del Ateneu de Nou Barris en el instituto Jordi Sant Jordi.
Fue un verdadero placer escuchar a los tres representantes y conocer más a fondo el proyecto, el cual lleva ya 37 años en marcha, cifra nada despreciable. Por situarnos un poco explicaré que el Ateneu de nou Barris es un equipamiento cultural público, autogestionado. Y aquí reside su peculiaridad, porque aunque la mitad de su presupuesto es público, no encontraremos ningún funcionario o representante de la administración en sus órganos de poder, gestión o decisión, es decir, que gozan de cierta autonomía e independencia.

El Ateneu me ha enamorado por tres razones:
- En primer lugar por lo comunitario del proyecto, porque nace de la unión y la lucha vecinal, de una ocupación, porque reivindica lo público como lo que es de todos, lo que es nuestro y no como lo de la Administración. Porque se trata de gente luchadora, que además han sabido conformar el proyecto de manera que se mantenga en el tiempo, lo cual resulta a menudo complicado. Las claves de este logro, en mi opinión, han sido la capacidad de llevar a cabo un traspaso generacional y la formación de los jóvenes que por allí han ido pasando, la cual ha permitido que esos mismos jóvenes hayan podido posteriormente enriquecer el proyecto con sus conocimientos, y además hayan sido capaces de seguir autogestionándolo.

- En segundo lugar porque utiliza el circo como herramienta inclusiva y transformadora de la realidad, de manera transversal. A través del circo se trabaja a tres niveles: personal, grupal y comunitario. Se trabajan valores y capacidades como la responsabilidad, el valor del esfuerzo, el trabajo en equipo, la escucha, la cooperación, la confianza…etc. Las personas ven mejorada su autoestima, cambia su autopercepción, se sienten capaces y se sienten valiosos, tal y como ellos comentaban, el hecho de recibir un aplauso es muy gratificante y motivador, y más aún para personas que no están acostumbradas en su vida a sentirse útiles o con grandes capacidades. En mi opinión el circo social es una herramienta muy completa, con grandes posibilidades, con la que se puede llevar a cabo una auténtica transformación de la realidad, como demuestra este proyecto y otros muchos que están en marcha. De hecho, aquí en Valencia existe también otro proyecto de circo social que está llevando a cabo la compañía La finestra nou circ.
- Y por último, me ha enamorado porque busca la creación y difusión de una cultura de calidad, sin elementos mercantilistas, y para ello, además de una línea de trabajo basada en la creación de espectáculos y la realización de laboratorios, también pone a disposición de los y las jóvenes los espacios sin coste alguno. Esto es importante porque para conseguir una auténtica democracia cultural, es importante facilitar el acceso a unos medios mínimos y básicos para, efectivamente, poder crear cultura.
Para acabar, os dejo con un video que ejemplifica algunos de los elementos que he estado comentando sobre el circo como herramienta transformadora e inclusiva. Y me quedo con una de las ideas que salieron el otro día y que me gustó especialmente: Ante la crisis en lo público, que implica recortes en el soporte administrativo que hasta ahora teníamos, nacen las redes que permiten el soporte para que “las cosas” continúen, es decir, las iniciativas vecinales, comunitarias y ciudadanas.
Aire-Marina Guillén
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